Hic leones dicen los viejos mapas. Hic leones: aquí hay leones, en la traducción literal. Pero también quiere decir aquí, este trozo de mapa, es allá: ese lugar peligroso incluso de imaginar. Los leones repetidos, la abundancia de leones, no es la de enemigos, sino de ángeles feroces que resguardaban los antiguos lo verdaderamente terrible. Y Bruno Ríos, en este libro asedia los modos de ir allá.
Un espacio donde junto a las vidas de los vivos arden las vidas de los muertos. Para el amor del verso, amigo de la memoria, no hay diferencia entre las vidas de los vivos y las vidas de los muertos. El poeta encuentra en sí, la cueva y a los leones y nos invita a estar con ellos.
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