En los poemas de Eros una vez –y otra vez– se dibujan hipotéticos cuadros, secuencias, atisbos y paisajes de una y múltiples historias; estados de ánimo, chispazos y reflexiones, que pueden ser de amor o desamor, de encuentros y complicidades o de saltos a la nada y despedidas inevitables. La pluma de Julia Santibáñez sabe captar los más pequeños matices, las sutilezas, e incluso el negro sarcasmo que acompaña las ceremonias del adiós. El lector asiste en estas páginas a una pluma de estilo impredecible y lúdico que puede adentrarse en intensidades amatorias en versos como: “…pierdo el aliento / por el centímetro de piel / que tocas, sin saberlo” o en este dístico impecable: “no hay más hoy / que tú”; o bien, puede pintar un amor leve y aéreo, como en el poema “Septiembre leve”, en el cual se lee “mientras de la mano brincamos nubes, /vamos sepultando la tarde que respira de luz”.
En este libro veremos el día y la noche del amor, pero también sus zonas intermedias. Esos diferentes climas, o facetas del prisma amoroso que la poeta pone frente a nosotros, en los que a veces juega con el lenguaje; pero en otras, desarrolla una poesía más dramática y austera; y en otras ocasiones, la alada brevedad, la ligereza irónica, pero nunca burda, nos mira de frente en sus versos brillantes, paródicos y juguetones.
Se trata de una poesía que no dejará de sorprendernos, de llevarnos de la mano para asistir a sus misterios y obsesiones, a veces con irreverencia, a veces con profunda serenidad, con el conocimiento que surge del dolor y de su aceptación. Poesía fresca, lúcida, tan camaleónica como el mismo Eros desde donde se construye, avanza y retrocede ante nuestros ojos. –Blanca Luz Pulido
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