A Mario le gustaría mucho hablar con la hermosa Albertina, el problema es que ella no puede verlo, porque es un niño fantasma. Ambos viven en La Casa de los Tres Perros, un viejo edificio embrujado que ha sido testigo de muertes, suicidios y tesoros escondidos. A través de un espejo mágico, Albertina y sus amigos se comunicarán con los espíritus que habitan allí
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