Hace el autor, de su introspección y azoro, un ritmo sonoro que se mezcla con el juego de palabras y la alegre sinfonía de escatológicas presencias develadas con llaneza y humano tratamiento.
Texto entretenido, profuso en el lenguaje, alegre y demostrativo de que el andar “patrás” y el ver alrevesado es sin duda una forma fresca y bella de engarzar ideas y palabras para conformar un libro original y ameno.
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