En Gimme one penny Rubén Meneses elabora un nuevo discurso fresco, coloquial, despojado de todo artificio; se trata de una mezcla de lenguajes que se imponen al lector como una forma más de posible comunicación entre un grupo de seres perdidos en su dimensión temporal, allá en ese lugar común en donde los descalsados, no tienen ninguna posibilidad de reivindicarse.
Esta novela podría parecer como una obra literaria típica de la frontera México-Estados Unidos. Sin embargo, Gimme one penny se distingue de la narrativa común porque aporta elementos renovados para la novelística del Noroeste de México
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