A Leonardo no le gusta ir los fines de semana al campo. Piensa que es lo mismo que aburrirse, pero con los ojos abiertos. Para él, no hay nada mejor que vivir en la ciudad, donde los únicos animales que ve son perros y palomas. Sin embargo, durante un paseo por el bosque, se pierde y se encuentra cara a...
A Leonardo no le gusta ir los fines de semana al campo. Piensa que es lo mismo que aburrirse, pero con los ojos abiertos. Para él, no hay nada mejor que vivir en la ciudad, donde los únicos animales que ve son perros y palomas. Sin embargo, durante un paseo por el bosque, se pierde y se encuentra cara a cara con un borrego que le hace una pregunta que le confunde: ¿para qué sirves? Leonardo nunca se lo había cuestionado, pero está dispuesto a averiguarlo.